Poner en forma la Urgencia. Paula Kalfus

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Hay de lo Real en la experiencia analítica.
Lo decía Freud desde sus primeras elaboraciones a partir del encuentro con la histeria1 en términos del exceso sexual imposible de traducir en las sucesivas transcripciones de lo que vendría a plantear como nuestro mecanismo psíquico, hasta la formulación de la compulsión a la repetición y del más allá del Principio del Placer 2.
Lo decía Lacan a lo largo de su enseñanza, en la que lo Real tiene más de una versión: desde lo que vuelve siempre al mismo lugar3 hasta el sin ley asociado a la modalidad lógica de la contingencia.4 Pero es lo Real como imposible de su última enseñanza –como lo imposible de soportar-5 la concepción que mejor se articula a la Urgencia.
Lo dice Miller al afirmar que la orientación lacaniana en el psicoanálisis es resultado de un deseo, el de que la experiencia sea conclusiva y a su vez demostrativa de un Real producto de la contingencia de un encuentro del que el Inconsciente testimonia.
Tanto bajo la forma de lo que deja al sujeto sin representación significante como bajo la forma del Inconsciente a cielo abierto correlativo del momento fecundo de las psicosis, la Urgencia es la expresión de ese Real de cuya concepción Lacan nos deja la clave en su ultimísima enseñanza,6 el S1 sin sentido que, al irrumpir como acontecimiento, señala una discontinuidad, un corte, un antes y un después en la vida de un sujeto.
Como lo decía Guy Briole entre nosotros hace unos días:
"Un acontecimiento traumático concierne siempre a un sujeto. Comporta a la vez una parte de Real que corresponde al accidente -lo indecible del encuentro- y una parte de subjetividad en la cual el sujeto está comprometido."7
Es esta parte de subjetividad la que acogemos en la atención de la Urgencia. En un primer momento el mal encuentro queda enmarcado en el lazo al Otro de la escucha analítica. El trabajo en transferencia permitirá diferenciar lo que vendrá a inscribirse como traumático para un sujeto, instaurando una distancia entre el acontecimiento y la tyché del mal encuentro, siempre singular.
Es lo que entiendo por poner en forma la Urgencia. Construir, en transferencia, el anudamiento que posibilite articular el acontecimiento traumático al trauma y, en un segundo tiempo, la singularidad del trauma a la fixión de una hystorización posible.8
¿No sería acaso nuestra manera de hacer el par con los casos de Urgencia que recibimos? Para estar al día, no sólo con ellos, sino también con la subjetividad de nuestra época9 en la que se trata más del goce que del deseo, más de la pulsión de muerte que de la sexualidad, más del sin sentido que del sentido, en la que nos toca defender la práctica del psicoanálisis y su eficacia en el tratamiento de lo Real con el que esta actualidad nos desafía una y otra vez.

  • S. Freud: Estudios sobre la hysteria, Obras Completas I, 3a. ed., Madrid, Biblioteca Nueva
  • S. Freud: Más allá del principio del placer, Obras Completas III, 3a. ed., Madrid, Biblioteca Nueva
  • Lacan J.: El Seminario, libro II El Yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica, cap. XIX, clase del 25 de Mayo de 1955, Buenos Aires, Paidós, 1992, p. 365
  • J.-A. Miller: Un real para el Siglo XXI, en Un real para el Siglo XXI, Scilicet, Buenos Aires, EOL-Grama, 2014
  • J. Lacan: Apertura de la Sección Clínica, Ornicar 9, 1977
  • Lacan J.: El Seminario, libro XXIII El sinthome, cap. VIII, clase del 16 de Marzo de 1976, Buenos Aires, Paidós, 2006, pp. 119 y 121
  • G. Briole: Rostro(s) del acontecimiento traumático, conferencia dictada en la EOL el 29.11.18 (inédito)
  • J. Lacan: Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11, en Otros Escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012
  • J.-A. Miller: Hacia PIPOL 4, Psicoanalistas en contacto directo con lo social, 4o. Encuentro Americano, XVI Encuentro Internacional del Campo Freudiano en ea.eol.org.ar